Los adentros
Y la vagina proclamó bienestar,
ante el suicidio de su estómago,
probó el vino de soledades confusas
ahora,
no hay queja,
se sangra día a mes,
quizá como metáfora absurda,
posible eyaculación precoz,
no fecunda,
penetraciones deformes de la quietud,
vociferan "aquí estoy"
cuando las aguas turbias del ser oblicuo,
se confunden con lagos,
sencillez grotesca,
de un poco de desdicha,
ella llora en sus adentros,
brutalmente desgarrada,
añorada sería por los sordos,
el ciego la toca a miradas,
grita maldiciones,
la miserable,
empobrecida,
no fecunda.
Perla JM
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